viernes, 21 de diciembre de 2012

Estreñimiento en bebés y niños pequeños

Para entender el estreñimiento y los diferentes tipos que pueden aparecer, es importante comprender como funciona el aparato digestivo del niño/a. Especialmente en los lactantes el número de deposiciones puede variar, produciéndose varias evacuaciones al día o sin producirse durante 2-3 días.
Tras la digestión de los alimentos en el estómago, el contenido pasa al intestino delgado y posteriormente al grueso  donde se siguen produciendo procesos de absorción y disolución de las sustancias. Como vamos a hablar del estreñimiento, me voy a centrar en el proceso que se produce en el intestino grueso.



 El intestino tiene un movimiento llamado peristaltismo que empuja el quimo (las futuras heces) hacia el exterior (en dirección al ano) con movimientos rítmicos  de contracción en forma de olas que siguen la dirección de las agujas del reloj. Este movimiento es involuntario y está generado por una serie de reflejos (entre ellos, el reflejo gastrocólico) que indican la necesidad de vaciado del estómago y dan la señal para que comience el proceso de aprovechamiento y eliminación de las sustancias digeridas.


En los bebés, debido a su inmadurez, este movimiento está alterado, produciéndose contracciones involuntarias y asimétricas (generalmente dolorosas) que se asocian también a los cólicos del lactante, y que no facilitan el desplazamiento de las heces hacia el exterior. Estos movimientos también pueden estar alterados por una enfermedad neurológica (muy frecuente en niños con PCI).

La mayor parte de las veces el estreñimiento es por una alteración del peristaltismo o por la dificultad de éste para expulsar las heces (heces muy compactas o duras), pero hay ocasiones en las que se produce un falso estreñimiento producido por la falta de relajación de esfínter anal que impide la salida de las heces al exterior. En el esfínter hay una zona de control voluntario y otra involuntario, si cualquiera de ellas no se distiende correctamente para poder abrirse y expulsar las heces, nos encontraremos ante un caso de falso estreñimiento (en este caso, las heces cuando salen son más o menos blandas)


El estreñimiento se asocia frecuentemente a gases y a los cólicos del lactante, ya que las heces al permanecer mucho tiempo en el intestino comienzan a descomponerse produciendo burbujas de aire (gases) que no pueden ser expulsados debido al taponamiento producido por las heces y causando dolor y molestias al bebé.

"Mi bebé no hace caca"¿Qué se puede hacer para tratar el estreñimiento?

Lo principal es buscar las causas, en primer lugar ya hemos visto que es normal que el bebé no sea regular, puede hacer varias deposiciones al día o una vez cada 2-3 días. Hay que valorar si hay dolor, irritación, gases... para comprobar el tipo de estreñimiento que es.
  1. Modificar la dieta:  
    1. Lactancia materna; Mientras está tomando el pecho, pueden variarse las posiciones de la toma ya que puede estar ingiriendo aire por falta de sellado, y eso causar las molestias compatibles con los dolores por estreñimiento. La leche materna se adapta a las necesidades del bebé, así que no es necesario abandonar esta práctica. En algunos casos, se puede modificar la dieta de la madre, ya que puede presentar intolerancia a las proteínas de la leche de vaca y eso causar las dificultades digestivas del bebé (consultar con pediatras).
    2. Si está tomando biberón: Comprobar que las proporciones de agua y leche son correctas, no alterar (a no ser por criterio del pediatra) las indicaciones de cada envase.
    3. Alimentación complementaria: Cuando comienza con papillas y purés, introducir los alimentos de forma controlada y progresiva. Escoger frutas (naranja, kiwi, ciruela...) y verduras (judías verdes, puerro...) con un mayor contenido de fibra y  agua. Dar de beber frecuentemente.
  2. Dar un masaje: realizar un suave masaje abdominal (masaje infantil) en el sentido de las agujas del reloj para ayudar a la evacuación.
  3. Relajar esfínter anal: Con nuestras propias manos, cubiertas con un guante (de vinilo preferentemente por si existe alergia al látex), estimular suavemente la zona perianal (que rodea al ano), para conseguir que se abra y permita la expulsión de las heces.
  4. Si es persistente, consultar al pediatra que podrá informaros de diferentes alternativas para tratarlo (cánulas, homeopatía, fármacos,productos naturales...). Es importante que el pediatra os prescriba cualquiera de estos métodos, porque pese a que pueden comprarse libremente en la farmacia, las dosis deberán ser indicadas por el médico.
  5. Desde fisioterapia y osteopatía, se puede mejorar el funcionamiento intestinal y anal, eliminar el dolor y mejorar el bienestar del bebé con técnicas de liberación, elastificación de los tejidos y regulación de los movimientos. En algunos casos, se asocian compresiones nerviosas que hacen que la señal de contracción no sea efectiva y que debe ser tratado en su origen para evitar episodios repetidos de estreñimiento, gases y cólicos.



viernes, 7 de diciembre de 2012

El arte de sentarse

El bebé, de forma innata, es capaz de lograr todas las actividades propias de su nivel de desarrollo, la única condición es que le demos la oportunidad de aprender. La sedestación no es una excepción a esta norma: el bebé, cuando esté preparado, comenzará a sentarse y a explorar las diferentes posturas, sólo necesita el espacio y la motivación adecuadas (a no ser que haya una alteración en su desarrollo en cuyo caso hay que consultar a los profesionales que atienden al niño/a o a expertos en desarrollo infantil).

Una de las claves para saber que el bebé comienza a tener capacidad para sentarse es que, cuando esté tumbado boca arriba, sea capaz de cogerse los pies y llevárselos a la boca. Por lo general, se adquiere entre los 6 y los 9 meses. 

Una vez que el niño/a es capaz de permanecer sentado, adquirirá diferentes posturas que le permitirán cambiar de posición (boca abajo, cuatro patas, de rodillas, de pie...) y le permitirán jugar e interaccionar con el entorno.

Es importante conocer las diferentes posturas en las que el niño/a puede jugar, ya que una postura incorrecta mantenida puede causar alteraciones en el crecimiento óseo y el desarrollo muscular provocando alteraciones ortopédicas en las piernas, pies y columna como antetorsión femoral, valgos y varos de rodilla, escoliosis, cifosis...

En el siguiente documento he reflejado las posturas correctas e incorrectas que puede adoptar un niño/a durante el juego



Una de las posturas habituales que adoptan muchos/as niños/as es la sedestación en W (sentados entre las rodillas). Esta posición es muy cómoda para el niño/a ya que aumenta la base de sustentación, lo que le da una mayor estabilidad, las piernas no le molestan durante el juego y le permite cambiar de posición.


Pese a que la mayoría de nosotros la hayamos utilizado (o sigamos utilizándola), esta posición genera una torsión en el crecimiento óseo a nivel de fémur que se compensa posteriormente con rotaciones y alteraciones de la dinámica de la rodilla y del pie diferentes en función de si los pies están rotados hacia fuera o hacia dentro. 


lunes, 19 de noviembre de 2012

¿Cómo escoger los zapatos para un bebé?

La primera reflexión que debemos hacernos a la hora de comprar unos zapatos para un bebé/niñ@ es: ¿los necesita?

Un bebé no necesita zapatos

Esto es fundamental, ahora inventan y fabrican todo tipo de zapatos para bebés y, aunque sean muy graciosos, no son útiles, ni prácticos, no favorecen el desarrollo del bebé y limitan sus capacidades, incluso pueden ser perjudiciales para el desarrollo óseo y muscular del pie.

El bebé durante los primeros meses se relaciona con el entorno mediante los sentidos, y la sensibilidad táctil se convierte en una herramienta indispensable para entender e interaccionar con todo lo que les rodea. Las zonas más sensitivas del bebé son las manos, los pies y la zona perioral (boca), por tanto, si limitamos la información que puede recibir con unos zapatos, estamos cortando una de las vías de conocimiento y aprendizaje que posee nuestro bebé.

Motivos para no poner zapatos a los bebés:

  • Los zapatos están diseñados para proteger el pie durante la marcha, un bebé no camina, así que no tendría sentido poner los zapatos.
  • La planta del pie es una zona con muchas fibras nerviosas, por lo que tiene una gran sensibilidad táctil, imprescindible para que el bebé comience su aprendizaje y desarrolle su inteligencia.
  • Los zapatos limitan el movimiento del bebé. Por muy blanditos que sean, suponen un límite a sus capacidades motrices. 


Cuando el niño o la niña comienza a ponerse de pie, a caminar apoyándose de los muebles o a ir de la mano, la situación cambia. Las características principales que debe tener un zapato para un niño/a de cualquier edad son:

  • Talla adecuada (pese a que son proporcionalmente muy caros, merece la pena invertir en un buen zapato ya que protegerá el pie y permitirá un desarrollo adecuado del sistema musculo-esquelético). Un zapato grande no le dará la sujeción adecuada, creará rozaduras y deformará la pisada.
  • Sujeción y libertad. El equilibrio entre la sujeción del pie y la libertad de movimiento debe ser correcto. Materiales ligeros y adaptables que no impidan la movilidad articular del tobillo o del pie y una correcta sujeción (velcro, cordones, hebillas) en el empeine y en el talón.
  • Suela aislante y antideslizante. La suela debe estar estriada (mejor en distintas direcciones) para lograr una buena adhesión al suelo e impedir que el zapato resbale. La suela debe ser flexible permitiendo que el pie pueda disociarse durante la marcha, pero gruesa, evitando que el peque se dañe con cualquier piedra, obstáculo, cristal...que pueda haber en el suelo.
  • Contrafuerte en el talón. Especialmente durante los primeros pasos, el pie del niño/a es muy flexible, con un pie plano fisiológico. Las costuras y los refuerzos en el talón contrarrestarán la falta de control del pie, distribuyendo el peso del cuerpo de forma correcta.
  • Ligeros. No deben suponer un peso extra que les impida avanzar.
  • ¿Plantillas? Los zapatos infantiles suelen llevar una plantilla con una elevación en la parte media interna para favorecer la aparición del arco del pie. Este proceso aparece de forma natural por la propia acción muscular, por lo que (en general), no es necesario el uso de una plantilla ni de una horma que influya en el crecimiento y maduración del pie ya que incluso puede dificultar que los músculos y ligamentos realicen su labor. Por tanto, plantillas flexibles que permitan una buena ventilación y hormas rectas con puntera ancha que no altere el crecimiento natural.
  • Materiales naturales y transpirables

Es importante combinar los tiempos con zapatos con ir descalzo (con y sin calcetines) para que el pie reciba información táctil y propioceptiva (información interna del cuerpo), se adapte a diferentes sensaciones, texturas y terrenos y tenga libertad de movimiento.


Por otra parte, cuando el niño/a empieza a ganar autonomía durante el vestido o desvestido, es importante facilitarle que se ponga y se quite sus zapatos (velcros, gomas...)


sábado, 10 de noviembre de 2012

Plagiocefalia: prevención y tratamiento (2)

Cuando existe o hay un riesgo de deformidad craneal, los métodos de prevención y tratamiento tienen las mismas medidas:

En primer lugar, la regla de oro: duerme boca arriba y juega boca abajo.


Ejemplos de juegos y estimulación (imágenes de kskids):

- Estimular visual y auditivamente hacia ambos lados.
- Recostar al niñ@ de lado ayudándose por almohadas, cojines o juguetes cuando esté con supervisión.


- Con ayuda de cojines, toallas enrolladas, rodillos de espuma..., colocar al peque boca abajo y estimularle para que levante la cabeza.




- Cuando sea capaz de sostener la cabeza, ayudarle a permanecer sentado con ayuda de cojines, almohadas...


- Voltear hacia ambos lados y en ambos sentidos


 - Colocar un espejo y sus juguetes favoritos para que esté boca abajo (o a cuatro patas cuando vaya creciendo)


- Cuando todavía no controlan bien la cabeza y no dominan (o no les gusta la posición boca abajo), lo ideal es que los papás o mamás les ayuden a disfrutar de esa posición, colocándoles sobre el pecho, barriga o piernas y cantándoles o hablándoles mientras están en esa posición.

 En segundo lugar, el posicionamiento. En función de la tendencia natural del niño/a, se realizarán las adaptaciones necesarias para corregir su postura natural y estimular la simetría. Consejos prácticos:

  
  • Dormir: La mamá se colocará siempre hacia el lado que el bebé no gira la cabeza (si es para prevenir, puede alternarse), tanto si se realiza colecho, como si duerme en la cuna (en este caso se variará la posición de ésta). Girar la cabeza del bebé (rotando desde los pies, para evitar que se despierte). Si se mueve mucho y no mantiene la posición, existen en el mercado cojines especiales, como el cojin mimos que permiten una colocación correcta de la cabeza.
  • Alimentación: Cambiar alternativamente de pecho (en el caso de dar biberón, alternar de brazo) o variar las posiciones de amamantar para estimular las rotaciones hacia ambos lados.
  • Portear: El porteo de los bebés (bandoleras, fular, mochila...) es una forma cómoda y útil para prevenir las deformidades craneales y evitar las presiones mantenidas sobre la cabeza. Evitar abusar de hamacas, maxicosis, huevito, capazo...

En último lugar, aunque no por eso menos importante, ya que en muchos casos se requiere la atención de un profesional: la valoración y tratamiento de un experto en fisioterapia y osteopatía infantil. En este caso, se valorarán las causas de la deformidad craneal y se realizará el tratamiento personalizado más efectivo para tratar la propia deformidad (osteopatía craneal y posicionamiento) como las consecuencias o causas de ese aplanamiento craneal (estimular la simetría, evitar acortamientos musculares, potenciar el desarrollo motor...). Más infomación en mi página: Fisioterapia en Asturias



Plagiocefalia: prevención y tratamiento (1)

Cuando el bebé no tiene la cabecita redondeada o presenta algún aplanamiento o crecimiento irregular, se dice que presenta una deformidad craneal. En general se suele hablar de plagiocefalias, aunque depende de la forma de la cabeza existen diferentes tipos de deformidades craneales: plagiocefalia, braquicefalia, escafocefalia... y pueden estar asociadas o no a una tortícolis congénita (especialmente las plagiocefalias)
escafocefalia

plagiocefalia
braquicefalia


La cabeza del bebé es muy flexible gracias a que los huesos del cráneo no están totalmente formados y a la presencia de las fontanelas que permiten que la cabeza se adapte y se amolde para salir por el canal del parto. Por esta misma razón, un buen tratamiento de osteopatía craneal es muy eficaz, ya que mediante el uso de técnicas suaves de inducción los huesos pueden corregir su posición.





Las principales causas son:


- Presiones mantenidas durante el embarazo: el bebé puede estar durante mucho tiempo colocado en el canal del parto recibiendo muchas presiones sobre la cabeza, previo al parto (semanas antes el bebé ya está colocado) o en partos largos. También en embarazos múltiples o en casos de macrosomía fetal (fetos muy grandes).





- Durante el parto: Los huesos tienden a recuperar su posición en un máximo de 24 horas tras el nacimiento, incluso si ha nacido con métodos instrumentales (fórceps o ventosas). En ocasiones, estas deformidades persisten o reaparecen al cabo de unos meses como consecuencias de las tensiones internas.


- Entre el primer y el tercer mes (o incluso el sexto mes) pueden aparecer aplanamientos por posturas mantenidas (especialmente, por pasar muchas horas boca arriba).


La prevención se basa en dos aspectos. Por un lado el posicionamiento del bebé y por otro lado la estimulación (el llamado tummy time o tiempo boca abajo).



La incidencia de estas deformidades ha aumentado considerablemente en los últimos años. Esto se debe a los sistemas de prevención de la muerte súbita (el bebé debe dormir boca arriba) implantados desde la Asociación Americana de Pediatría. Desde esta misma asociación, se dedicó una campaña especial al Tummy Time que ha tenido una repercusión menor, por lo que los bebés menores de 6 meses suelen pasar mucho tiempo boca arriba, incluso cuando están despiertos (momento que se debería dedicar a jugar boca abajo).

sábado, 27 de octubre de 2012

El privilegio de gatear

El gateo es la forma ideal de desplazamiento de los más pequeñ@s: les permite moverse libremente, explorar el entorno, ganar autonomía, mejorar la coordinación, fortalecer todos los músculos y es el primer paso para comenzar a andar.

Voy a explicar algunas de las ventajas que tiene el gateo y el por qué es importante estimular y fomentar que los niñ@s gateen:

  • En primer lugar, EL NIÑ@ QUE GATEA ES FELIZ. Para mi, este es el criterio que deberíamos tener para fomentar el gateo. Cuando empiezan a gatear son más torpes, les cuesta, se cansan y se tumban, pero lo vuelven a intentar y cuando lo consiguen gatean con una sonrisa.
  • Les permite descubrir el entorno. Gracias al gateo (más eficaz que la reptación o rastreo, aunque este paso anterior también es importante), el bebé se convierte en un pequeño explorador que va averiguar los límites de su mundo, va a conquistar nuevos lugares y se va a convertir en el descubridor de un nuevo mundo lleno de posibilidades y sorpresas.
  • Les permite ganar autonomía e independencia. el bebé va a ser capaz de decidir donde quiere ir sin depender del adulto. Ganará seguridad y confianza en si mismo, mejorará su autoestima y reforzará su "yo".
  • A nivel más orgánico, el gateo permitirá crear conexiones entre los dos hemisferios cerebrales, creando una red de información a través de las conexiones neuronales que originarán una base cerebral más especializada.
  • La coordinación que requiere el gateo, es muy similar a la que utilizamos para caminar. Por norma general, el gateo se realiza con un patrón cruzado, es decir brazo y pierna contrarios, lo que ayudará al equilibrio, la coordinación y la estabilidad.
  • Se potencian las capacidades físicas básicas: agilidad, fuerza, coordinación, equilibrio...También ayuda a en la coordinación espacio-temporal, la organización y el esquema corporal.
  • Favorecerá el desarrollo de la lateralidad, la especialización de los dos hemisferios cerebrales, la búsqueda de la dominancia (zurdos o diestros)
  • A nivel visual, le permitirá una mayor apertura del campo visual, con una mejor fijación y convergencia (especialmente útil cuando hay estrabismo)
  • Sirve como puente a otras habilidades motrices: posición de rodillas, marcha, carrera, transferencia desde el suelo a la posición de pie...
  • Da muchísima información sensorial: vestibular (equilibrio), propioceptiva (sensación del propio cuerpo), visual, táctil... permitiendo que el niñ@ descubra las cualidades del entorno y permitiéndole una mayor sensibilidad.


¿Inconvenientes? Ninguno. La tendencia natural es a sobreproteger a los niñ@s, evitando que se hagan daño, cojan algo peligroso, se caigan...por lo que los niñ@s pasan mucho tiempo en las hamaquitas (maxicosi, huevito o similar), tacatás y en los corralitos (parques o cunas de viaje) donde no disponen del espacio suficiente para desplazarse y solo pueden ponerse de pie. Cuando hay tanta información contradictoria y tanto acceso a ella, la buena intención se sobrepone al sentido común, así que es importante conocer los beneficios del gateo y las cualidades de un desarrollo armónico para permitir que los peques de la casa disfruten de un entorno seguro y libre.

viernes, 12 de octubre de 2012

"NO"

Esta semana, nos preguntó una mamá sobre el "no" y los sustitutos que podemos utilizar. Por suerte, hay una nueva corriente educativa y de crianza que está intentando cuidar el lenguaje que utilizamos con los niñ@s, frases habituales que utilizamos sin maldad, pueden repercutir de forma negativa en los más pequeños, poniéndoles etiquetas (malo, desobediente, no para, caprichoso, mimado...). Cuando vemos a un recién nacido preguntamos de forma automática ¿es buenín? (perdonarme por el asturiano), a lo que sigue un gran repertorio ¿duerme bien? ¿come bien? ¿llora mucho?...tras todo esto si las respuestas son negativas, posiblemente no diremos que "es malo", pero damos por sentado que si no lo hace todo como nos gustaría  (o nos resultaría más cómodo a los adultos) es que hay algún problema.

Con el "no" nos ocurre lo mismo. Cuando hay un niño cerca es la palabra que los adultos más utilizamos: no hagas eso, no te pongas ahí, eso no se coge, eso no se toca, no, no, no, no...
Es importante que los niñ@s comprendan una prohibición, hay cosas que NO SE PUEDEN HACER, por ejemplo, NO se puede cruzar la carretera, pero en muchos momentos se nos escapan de forma inconsciente muchos "noes" que dificultan el aprendizaje del niñ@, su autodeterminación y su desarrollo.
Analicemos los más comunes:

- No hagas eso: La mayor parte de las veces nos referimos a no hagas eso que te ensucias, no hagas eso que metes ruido, no hagas eso que estoy ocupad@, no hagas eso que estoy cansad@.... Los niñ@s tienen que mancharse, tiene que experimentar y descubrir el entorno. ¡No les pongamos limitaciones!

- Así no: Este personalmente me horroriza. Limitamos su creatividad y su imaginación. Las cosas o juguetes tiene más de un uso, potenciemos el juego simbólico utilizando cualquier objeto: donde un zapato puede convertirse en un coche, una bufanda puede ser una serpiente o podemos peinarnos con un tenedor...Si, es importante que conozcan el "uso" de los objetos, pero durante el juego debemos permitir el juego libre y favorecer ese mundo fantástico de los niñ@s, no queremos pequeños robots.

"El niño no es un adulto en miniatura"

- Eso no o no toques eso: En este caso, suele ser una cuestión de higiene o de "lo vas a romper". Al igual que antes, los peques exploran generalmente mediante el tacto, no conocen las propiedades de las cosas y deben tocarlas y probarlas (si, la boca es fundamental para los bebés) para sentir su forma, consistencia, olor, sabor...Si es algo frágil o que puede resultar peligroso, podemos enseñarlos y explicarle: cuidado, pupa, rompe...al sentirlo y poder tocarlo (bajo supervisión), no tendrá esa necesidad de ir a tocarlo y cogerlo por lo que el riesgo disminuye de forma considerable, también se pueden buscar sustitutos (el cuchillo no es para ti, toma una cuchara). 


Por todo esto, debemos enseñar a los niñ@s, pero no limitarles; dejarles experimentar, pero vigilados; guiarles en su desarrollo, pero sin imponer nuestra mirada de adulto. Con todo esto, no quiero decir que no haya que poner límites a nuestros hij@s, al contrario, es importante que conozcan y sepan que hay cosas que no pueden tener o hacer, pero cuidemos nuestro lenguaje y permitámosles desarrollarse. Y por supuesto, ellos también deben aprender a decir NO. Cada niñ@ es diferente, respetemos su individualidad y sus particularidades, estas recomendaciones no son estancas, sino que deberán adaptarse a situación.

Os dejo un artículo sobre como ha disminuido la creatividad y la imaginación en los últimos años: creatividad en crisis

lunes, 8 de octubre de 2012

Consejos para los cólicos del lactante

Como ya hemos visto en el post anterior (Cólicos del lactante), los cólicos pueden originarse por muchas razones y, en muchas ocasiones pueden confundirse con otras dificultades.


El primer consejo para aliviar el malestar generado por una disfunción digestiva (cólicos, estreñimiento, gases, reflujo) es APRENDER A ENFRENTARSE AL LLANTO. En un principio es necesario averiguar la causa de ese llanto, para ello habrá que descartar problemas médicos (dolor, cólicos, problemas de dentición…) o necesidades fisiológicas primarias (hambre, cambio de pañal, sueño…). Si aun así, el bebé continúa llorando podemos pensar en otras alternativas como hallarnos ante un caso de liberación emocional. La mejor forma de “consolar” al bebé es acompañarle en estos momentos de liberación y cubrir sus necesidades, no es necesario calmarle e intentar que cese el llanto, hay que darle tiempo al bebé para que se autorregule, pero siempre acompañado por su padre/madre u otra persona de referencia emocional, de esta forma el bebé se siente seguro y escuchado. Debemos crear un entorno de confianza y libertad que permita a los bebés expresarse en un ambiente tranquilo y libre de prejuicios, con nuestra propia actitud hacia el llanto debemos crear una atmósfera de calma sin restar importancia a los sentimientos del bebé, sino permitiendo que se satisfagan sus necesidades y deseos y, en caso de ser un llanto liberador, permitiéndole descargar su frustración y relajarse. Consejos prácticos:

  • Mantén la calma
  • Aprende a captar las señales que emite el bebé y a establecer una primera comunicación
  • Escúchale y compréndelo  déjalo que libere sus sentimientos, el llanto no es algo negativo, sino una forma de comunicación y de regulación
  • Cógelo en brazos: que se sienta protegido, seguro y arropado. Si puedes usa una bandolera o fular para mantenerlo cerca
  • Contacto piel con piel: Mantener al bebé entre los brazos o mediante el método canguro (colocar al bebé entre el pecho del papa/mama y la camiseta)
  • Movimiento: Los movimientos rítmicos ayudan a relajar al bebé (balanceos, rotaciones...)
  • Succión: Dar el pecho o usar un chupete puede calmar al niño. La succión supone un gran ansiolítico para los bebés y su nerviosismo se apacigua cuando sufren los cólicos
  • Baño: el baño de agua tibia junto con los movimientos de flotación pueden aliviarle
Las 3 posiciones que le pueden ayudar a relajarse y a disminuir las molestias son:
  • Posición fetal: Mantener al bebé en una posición recogida, con las piernas flexionadas sobre el abdomen.
  • Boca abajo: tumbados sobre el antebrazo, el hombro, el regazo o el pecho (con el papa/mama recostado).
  • Erguido:  en posición ligeramente vertical para ayudar a la evacuación de gases y heces y controlar el reflujo gastroesofágico.
Antes de comer:

Es importante que el bebé anticipe la toma de alimentos para que el sistema digestivo comience a funcionar correctamente. Para ello, es importante seguir siempre la misma rutina a la hora de las tomas: colocar el babero, cantar una canción, dejarle tocar el pecho o sujetar la cuchara o el biberón, dejarle probar previamente el alimento antes de comenzar a comer (lactancia materna, biberón o purés)…
Media hora antes de comer más o menos, se le puede hacer un pequeño masaje para facilitar la expulsión de las heces, presionando ligeramente el abdomen de lado a lado utilizando el borde la mano y las puntas de los dedos (como si fueran olas). También mediante semicírculos por la parte superior del abdomen en el sentido de las agujas del reloj.

Después de comer:


No acostar directamente al niñ@ tras la ingesta de alimentos ya que favorece la aparición de reflujo. Mantenerlo en posición vertical y ayudarle a que expulse bien todos los gases.




CONSULTAR CON EL PEDIATRA O LOS ESPECIALISTAS (fisioterapeuta infantil, asesoras de lactancia materna, matron/a, enfermer@s...) ante cualquier dificultad, ya que puede ser necesario modificar la alimentación (o en el caso de lactancia materna modificar la posición) o acudir a un especialista infantil para aliviar las molestias y eliminar las causas de los cólicos (Cólicos del lactante).


sábado, 6 de octubre de 2012

Cólicos del lactante







Una de las consultas más frecuentes y que más dudas presenta son los cólicos del lactante. la falta de información y de conocimiento de este trastorno, se puede ver desde el diagnóstico. El diagnóstico se realiza mediante un factor "ajeno" a la patología como es el llanto, siguiendo la llamada regla del 3: llanto e irritabilidad durante más de 3 horas al día, más de 3 días a la semana y durante más de 3 semanas. Al realizar el diagnóstico mediante el llanto se pierde mucha información, ya que el llanto puede aparecer por muchos motivos.



Habitualmente, se dice que los cólicos aparecen durante los 3-4 primeros meses a última hora de la tarde. Si fuese un problema simplemente digestivo, no tiene sentido que solo aparezcan por la tarde-noche. En muchos casos, se confunde el llanto liberador, emocional, por estrés y sobreestimulación con los cólicos. Los bebés llegan al mundo tras estar protegidos en la barriguita de mamá, con una estimulación amortiguada por el líquido amniótico y la pared abdominal, para enfrentarse a un bombardeo de nuevas sensaciones que pueden resultar inquietantes y desconcertantes para el pequeño/a. El bebé puede utilizar el llanto como liberación emocional para enfrentarse a múltiples causas (estrés, sobreestimulación, miedos, dolor o incomodidad, frustración, confusión…). Este tipo de llanto ayuda al bebé a autorregularse y a relajarse mediante un proceso neuro-endocrino, en el que la liberación de hormonas y la adaptación del sistema nervioso juegan un papel fundamental. Para los pa/madres enfrentarse a este llanto (del que desconocen las causas) supone un gran estrés, ansiedad y sufrimiento, por lo que es importante informar a los padres/madres sobre los diferentes tipos de llanto y sobre cómo podemos reducir el estrés y qué actitud podemos tener frente al llanto de liberación emocional.

Cuando realmente nos enfrentamos a un trastorno digestivo, entran en juego diferentes alteraciones relacionadas o no entre si: cólicos, estreñimiento, gases, reflujo gastroesofágico, vómitos, diarrea u otras alteraciones de la mecánica digestiva-intestinal. Desde mi punto de vista, se puede distinguir el cólico cuando aparece dolor agudo y se observan signos de alteraciones en la motilidad (peristaltismo) intestinal. Generalmente esta falta de movilidad o alteración de la misma se debe a la inmadurez del sistema digestivo y del sistema nervioso y produce a su vez estreñimiento, alteraciones en la digestión y gases. La inmadurez del sistema digestivo hace que se produzcan contracciones irregulares del intestino que no ayudan a la evacuación provocando movimientos dolorosos y acumulación de las heces en el intestino. En muchos casos, se asocian también compresiones nerviosas que hacen que la señal de contracción del intestino no sea adecuada.


El tratamiento de los cólicos se decidirá en función de las causas orgánicas que provocan el dolor: liberar el nervio, mejorar la mecánica intestinal, elastificar los tejidos, ayudar a la eliminación de las heces y/o gases, normalizar las tensiones viscerales y musculares... A todo este trabajo se lo puede llamar de muchas formas y surgen muchos "métodos" para tratar los cólicos. Lo principal es hallar la verdadera causa de la disfunción y normalizarla. En mi caso, utilizo el masaje infantil (para que lo apliquen los papas y mamas en casa), la osteopatía craneal y la movilización neurodinámica (para liberar las tensiones nerviosas) y la osteopatía visceral y terapia fascial para elastificar los tejidos y normalizar la mecánica visceral.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Los primeros pasos: uso de tacatás o correpasillos


      En el inicio de la marcha, antes de que el (la) peque comience a dar sus primeros pasos surgen siempre las mismas dudas y es difícil explicar porque si son malos los tacatás siguen vendiéndose. Frente a esa pregunta se me acaban los argumentos ¿por qué se venden los tacatás, las mochilas no ergonómicas y otros complementos no regulados? Básicamente  por desconocimiento y porque las grandes empresas (queramos o no) tienen mucho poder. En el siguiente texto os pongo la información que le doy a los papás de los niñ@s que comienzan a caminar.

      Es importante distinguir entre el tacatá y el correpasillos. En el tacatá el niño/a va sentado o sujetado con un arnés y debe impulsarse con las piernas para avanzar, mientras que con el correpasillos, el niño/a va caminando y se apoya sobre sus manos realizando el empuje de éste.

       En el desarrollo natural del niño/a debemos permitir que sea él/ella quien marque los tiempos. Cuando alcance la madurez necesaria, él/ella se comenzará a poner de pie, caminará de lado apoyándose en los muebles o en los barrotes de la cuna o corralito, caminará con ayuda del adulto y posteriormente, cuando se sienta preparado/a se soltará a caminar solo/a.


      El uso del tacatá es muy controvertido. Tanto la Academia Americana de Pediatría como la Sociedad Española de Pediatría cuestionan su uso debido al alto índice de accidentes que conlleva su uso. Pese a ello se siguen fabricando y comercializando este tipo de instrumentos y debido a su uso continuado a lo largo de los años, se ha convertido en una tradición y en un objeto de uso cotidiano de los niños/as en todo el mundo. Numerosos estudios indican que el uso del tacatá no tiene absolutamente ningún tipo de beneficio, no fortalece las piernas, no favorece el aprendizaje de la marcha o los primeros pasos y no favorece en ningún momento su desarrollo psicomotor, modifica el eje vertebral y las presiones en la articulación de la cadera, rodilla, tobillo y columna vertebral y por el contrario, implica un riesgo importante para el niño, puesto que alcanza muchas más cosas que le pueden dañar. Puede quemarse con una estufa, radiador, cafetera o cualquier cosa que alcance, caer por unas escaleras (principal causa de accidente con el tacatá) recibir un golpe empujón con una puerta, tirar de un mantel y que le caigan los objetos encima, ir rápido y tropezar con cualquier mueble, ser empujado por otro niño de forma brusca y chocar con la pared, puesto que no saben frenar, pillarse los dedos con puertas, engancharse los pies con las ruedas o torcerse el tobillo con giros rápidos, tomar productos tóxicos a los que alcanza pese a su corta edad,…

A nivel motor, los principales peligros que supone para el desarrollo del niño/a son:
  • -     Aumenta el riesgo de accidentes.
  • -   Impide el desarrollo de un patrón de marcha adecuado: Sobre el tacatá, los niños/as se impulsan con las piernas, pero no realizan una alternancia adecuada ni un apoyo correcto de los pies.
  • -   Tendencia al puntilleo: Debido a la forma de impulsarse, muchos niños/as tienden a caminar de puntillas, perdiendo estabilidad y pudiendo desarrollar alteraciones en la dinámica muscular de las piernas y pies.
  • -      Falta de control del tronco (falta de equilibrio): El tacatá les da una excesiva sujeción, por lo que el niño/a no desarrollará las reacciones de equilibrio para mantener la alineación corporal.
           Resumiendo: el niñ@ tiene que estar preparado para ponerse de pie (no hay que forzarle la posición, aunque le guste), a pesar del uso indiscriminado de tacatás estos pueden resultar perjudiciales para el niñ@ y provocar un retraso en su desarrollo motor, además de aumentar el riesgo de accidentes.



jueves, 27 de septiembre de 2012

Pañuelo vs. aspirador

Como norma general enseñamos a los niñ@s a sonarse y a respetar los convencionalismos sociales y, cuando no son capaces, recurrimos a los aspiradores nasales (de tubo o perilla). Pero, ¿qué pasaría si existiese una alternativa natural, fisiológica y mucho más efectiva?

Empezaré analizando el uso del pañuelo. 

"El acto de sonarse consiste en ejecutar una espiración forzada nasal en un pañuelo con el fin de desprender y expulsar las secreciones nasales" (cita de G. Postiaux, el máximo exponente de la fisioterapia respiratoria).

El freno que produce el pañuelo, impide la correcta salida del aire y hace que aumente la presión en las vías respiratorias. Debido a este freno y la presión interna, el moco se redistribuye por las vías, especialmente va a ocupar la zona del oído y las cavidades sinusales (dando lugar a las otitis, sinusitis y "vegetaciones") cronificando la infección. La velocidad de salida del aire se ve también alterada debido al freno del pañuelo, perdiendo eficacia en la expulsión de las secreciones. Aunque nos sonásemos de forma correcta, impidiendo que el pañuelo obstaculice la salida del aire, el resultado solo se obtendría en la parte anterior de las fosas (la zona del tabique).



Por otro lado, los aspiradores (del tipo que sean), pueden producir lesiones en el oído debido al aumento de la presión (especialmente cuando hay mucha congestión). Deben utilizarse con precaución, sin crear vacío y a velocidad baja-media. Las vías aéreas están preparadas anatómica y fisiológicamente para que el aire entre. Al realizar el movimiento de aire contrario y a alta velocidad, se producen taponamientos, movimientos de las secreciones hacia las zonas más distales y alteraciones del proceso natural de curación. En el dibujo podéis ver la íntima relación que existe entre la nariz y el oído.


La naturaleza nos pide la nasoaspiración, "desde el punto de vista mecánico, aerodinámico y clínico, la nasoaspiración presenta más ventajas que el sonarse, sobre todo en el niño" (G. Postiaux). Los niñ@s y los abuelos (las abuelas menos) utilizan la nasoaspiración de forma natural (y con cuanto más ruido mejor). Al aspirar de forma natural las secreciones, limpiamos la zona interna de la nariz donde se produce el mayor acúmulo de secreciones (vegetaciones), creando una corriente de vibraciones que ayuda a desprender el moco (con mucho ruido). Esas secreciones pasarán al tubo digestivo (donde serán eliminadas por los ácidos gástricos y expulsadas) o pueden ser expulsadas por la boca. Así que escuchemos a nuestro cuerpo y dejémosle que haga su trabajo (aunque en público sigamos utilizando el pañuelo). 
Lavado nasal más nasoaspiración = ¡ adiós mocos!