Es difícil escoger un tema o una técnica concreta para empezar, pero creo que la fisioterapia respiratoria se merece el primer puesto.
Es
un método de fisioterapia especializado que engloba un conjunto de técnicas
para la prevención, curación y estabilización de las enfermedades pulmonares.
¿Para qué sirve?:
- Favorece la expulsión de secreciones, logrando una mayor apertura de las vías aéreas
- Mejora la movilidad de la caja torácica y la elasticidad pulmonar
- Mejora la sintomatología (disminuir frecuencia respiratoria, aumentar la saturación...)
- Permite reducir la dosis de fármacos (siempre según criterio médico)
- Evita o reduce los ingresos hospitalarios
- Mejora el bienestar del bebé (o del adulto) y de la familia (más calidad en el sueño y en la alimentación)
¿Cuándo acudir a un
fisioterapeuta especializado?
Ante
la presencia de cualquier enfermedad respiratoria y a cualquier edad. La
dificultad para expulsar las secreciones puede causar sobreinfecciones y estas infecciones respiratorias repetidas pueden causar daños transitorios o
permanentes en el pulmón.
En
los bebés, la capacidad pulmonar es menor y tienen más dificultad para toser
(con tos ineficaz), por lo tanto, tienen más mocos y menos capacidad para
expulsarlos. Todo ello hace que las vías respiratorias, que aún son muy
estrechas, se inflamen con facilidad. Entonces, la respiración se va haciendo
más corta y más rápida.
La
fisioterapia respiratoria está especialmente recomendada en alteraciones
pulmonares causadas por alergias, bronquitis, bronquiolitis, infecciones
víricas, fibrosis quística, asma, neumonía...
¿Qué se hace en una sesión?
En
la primera sesión, se realiza una breve historia clínica para conocer las
características del niño/a y su historia previa. A continuación, se examinará
al niñ@ comprobando la frecuencia respiratoria, el tipo de respiración y se
auscultará al niño/a para valorar el estado respiratorio y, si existen
secreciones, conocer su ubicación y profundidad.
Una
vez que conozca todos los datos, el fisioterapeuta decidirá el tipo de
intervención y/o técnicas a utilizar. Un ejemplo de sesión tipo cuando existen
secreciones, consistiría en realizar el lavado nasal y a continuación realizar
maniobras que faciliten la expulsión del moco alargando los tiempos
espiratorios y favoreciendo el drenaje de las secreciones.
Durante
la sesión es recomendable que los padres estén con su hijo/a en todo momento
para tranquilizarle y darle seguridad. A su vez, los padres pueden ver las
técnicas y aprender las maniobras básicas para aplicarlas ellos mismos. Los
niños/as pueden llorar a lo largo de la sesión, aunque las maniobras no causan
daño alguno.
Se
realizarán pausas para que el niño/a descanse y no se fatigue, aprovechando
para volver a auscultar y comprobar la eficacia de las técnicas.
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