sábado, 6 de octubre de 2012

Cólicos del lactante







Una de las consultas más frecuentes y que más dudas presenta son los cólicos del lactante. la falta de información y de conocimiento de este trastorno, se puede ver desde el diagnóstico. El diagnóstico se realiza mediante un factor "ajeno" a la patología como es el llanto, siguiendo la llamada regla del 3: llanto e irritabilidad durante más de 3 horas al día, más de 3 días a la semana y durante más de 3 semanas. Al realizar el diagnóstico mediante el llanto se pierde mucha información, ya que el llanto puede aparecer por muchos motivos.



Habitualmente, se dice que los cólicos aparecen durante los 3-4 primeros meses a última hora de la tarde. Si fuese un problema simplemente digestivo, no tiene sentido que solo aparezcan por la tarde-noche. En muchos casos, se confunde el llanto liberador, emocional, por estrés y sobreestimulación con los cólicos. Los bebés llegan al mundo tras estar protegidos en la barriguita de mamá, con una estimulación amortiguada por el líquido amniótico y la pared abdominal, para enfrentarse a un bombardeo de nuevas sensaciones que pueden resultar inquietantes y desconcertantes para el pequeño/a. El bebé puede utilizar el llanto como liberación emocional para enfrentarse a múltiples causas (estrés, sobreestimulación, miedos, dolor o incomodidad, frustración, confusión…). Este tipo de llanto ayuda al bebé a autorregularse y a relajarse mediante un proceso neuro-endocrino, en el que la liberación de hormonas y la adaptación del sistema nervioso juegan un papel fundamental. Para los pa/madres enfrentarse a este llanto (del que desconocen las causas) supone un gran estrés, ansiedad y sufrimiento, por lo que es importante informar a los padres/madres sobre los diferentes tipos de llanto y sobre cómo podemos reducir el estrés y qué actitud podemos tener frente al llanto de liberación emocional.

Cuando realmente nos enfrentamos a un trastorno digestivo, entran en juego diferentes alteraciones relacionadas o no entre si: cólicos, estreñimiento, gases, reflujo gastroesofágico, vómitos, diarrea u otras alteraciones de la mecánica digestiva-intestinal. Desde mi punto de vista, se puede distinguir el cólico cuando aparece dolor agudo y se observan signos de alteraciones en la motilidad (peristaltismo) intestinal. Generalmente esta falta de movilidad o alteración de la misma se debe a la inmadurez del sistema digestivo y del sistema nervioso y produce a su vez estreñimiento, alteraciones en la digestión y gases. La inmadurez del sistema digestivo hace que se produzcan contracciones irregulares del intestino que no ayudan a la evacuación provocando movimientos dolorosos y acumulación de las heces en el intestino. En muchos casos, se asocian también compresiones nerviosas que hacen que la señal de contracción del intestino no sea adecuada.


El tratamiento de los cólicos se decidirá en función de las causas orgánicas que provocan el dolor: liberar el nervio, mejorar la mecánica intestinal, elastificar los tejidos, ayudar a la eliminación de las heces y/o gases, normalizar las tensiones viscerales y musculares... A todo este trabajo se lo puede llamar de muchas formas y surgen muchos "métodos" para tratar los cólicos. Lo principal es hallar la verdadera causa de la disfunción y normalizarla. En mi caso, utilizo el masaje infantil (para que lo apliquen los papas y mamas en casa), la osteopatía craneal y la movilización neurodinámica (para liberar las tensiones nerviosas) y la osteopatía visceral y terapia fascial para elastificar los tejidos y normalizar la mecánica visceral.

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